Es mas que conocido que nuestro intercambio comercial con Haití ha venido aumentando y diversificándose de manera sostenida, creándose a través de estos años una amarrada e intrincada telaraña comercial que abarca una diversidad de actores y mecanismos de ambos lados de la frontera terrestre y marítima.
Tanto en el pasado podíamos darnos el lujo de contar con cierto nivel de apatía en la manera en que se realizaba este comercio, en la actualidad debido a su volumen, diversidad e interdependencia, se torna imperativo poder contar con reglas mas que claras y previsibles para los diferentes operadores económicos, tanto dominicanos como haitianos.
Bajo estos parámetros es importante tener presente el Acuerdo de Asociación Económica (EPA), firmado entre los países del CARIFORUM y la Unión Europea, donde tanto Haití y Republica Dominicana somos firmantes. Sin duda que este Acuerdo nos aporta un vehículo institucional para formalizar las reglas de juego en el comercio bilateral, pues dentro del mismo se encuentran una serie de mecanismos y comités internos que buscan fortalecer la integración regional.
Si bien los Tratados de Libre Comercio buscan eso, liberalizar el comercio, el hecho es que el EPA tiene el potencial de servir como instrumento de certeza jurídica para los operadores económicos que de liberalización arancelaria. Para muestra solo debemos percatarnos de que este Acuerdo abarca 1,934 paginas de anexos y textos, un reflejo de dejar claramente definidas las reglas que regirán el comercio en su proceso constante de liberalización.
Un ingrediente vital a destacar en este acuerdo es que tanto en diseño como en funcionalidad busca fortalecer la integración regional, tomando siempre en cuenta las sensibilidades y asimetrías haitianas y dominicanas.
Haití es un importante mercado para los exportadores dominicanos, pero al mismo tiempo somos un importante suplidor para los consumidores y operadores haitianos, incluyendo sus industrias, las maquilas exportadoras, el comercio mayorista y su comercio minorista. Suplimos el 35% de todo lo que Haití importa del mundo. Además, el 40% de lo que exportamos a Haití se concentra en insumos para la industria de confecciones textiles haitianas, principal generador de divisas en dicho Estado.
No se trata primordialmente de liberalizar aranceles, sino de contar con mecanismos de facilitación comercial. Y es específicamente en estos mecanismos donde el EPA tiene el potencial de aportar valor en el comercio bilateral.
Entre sus clausulas se incluyen aspectos sobre procedimientos aduaneros, sobre la colaboración entre las autoridades oficiales para la estandarización y acreditación de aspectos relacionados con barreras técnicas, así como sobre los mecanismos de transparencia e intercambio de información en la aplicación de medidas sanitarias y fitosanitarias.
Además tiene la ventaja que al tratarse de un compromiso vinculante entre las partes, cuenta con mecanismos administrativos y de solución de controversias, los cuales en su conjunto aportan una mayor seguridad jurídica.
Sin duda que el EPA representa el vehículo idóneo para el fortalecimiento institucional de nuestras relaciones comerciales; ya ha sido firmado por ambos países, quedando la tarea pendiente de ponerlo a caminar, de aplicarlo. Esto requiere de mucha buena voluntad de las partes, principalmente de Haití, donde la Unión Europea puede y debe desempeñar un papal facilitador en su aplicación, como de por si lo esta llevando a cabo.
Máximo Peña De León,
Abogado - Experto en Comercio Exterior
Master en Negocio y Derecho Marítimo
UPCO/IME (Promoción #23)
@MaximoPenaLeon
@PenaYunesLegal