sábado, 6 de mayo de 2017

Reorganización de las Fuerzas Armadas de la República de Haití; Análisis y Perspectivas.-

Saludos, luego de casi 2 meses sin poder escribirles, ya que mis obligaciones me lo impedían, acá les escribo nuevamente sobre un tema de mucha importancia para el estudio y replanteamiento de nuestra estrategia de defensa hacia Haití. 
De Haití, todo el mundo conoce dos cosas que muchos medios de comunicación repiten sin cesar: que es el país más pobre de América Latina y que es un "Estado fallido". Poco más siempre escuchamos que aquel país, a menos que sufra una tragedia como el terremoto aquel del año 2010. Del resto de cosas que suceden en aquel país apenas oímos nada.
Y hay una cuestión a la que queremos referirnos en este escrito; la del más que posible restablecimiento de un Ejército que fue suprimido en el año 1995, y que el Ex-Presidente Martelly y el hoy Presidente Jovenel Moise y también la mayor parte de las fuerzas políticas, y muchos sectores sociales haitianos, quieren ver de nuevo en el país. Las posiciones que se están presentando en la actualidad están creando el efecto de acelerar las acciones para ejecutar dicha acción en ese sentido. 



La historia del Ejército de Haití (Fuerzas Armadas Nacionales de Haití - FADH), especialmente durante la larga dictadura de los Duvalier, es una historia de crímenes y de atrocidades de todo tipo que contribuyeron a la perpetuación del régimen dictatorial y a la creación – junto a los grupos paramilitares de los Tonton Macute - de un sistema de terror que, gracias también al apoyo internacional, permaneció en el poder varias décadas. 
La llegada al poder tras elecciones democráticas de Jean Bertrand Aristide alias Titi en 1991, y su reposición en el año 1994 tras una intervención militar estadounidense con mandato de Naciones Unidas tras el golpe de estado del mismo año 1991, aconsejaron la decisión de suprimir un ejército que, no solo no era garante de las libertades, la democracia y la Constitución, sino que trabajaba en contra de ellas. No olvidemos que fue el Jefe del Estado Mayor del ejército, Raoul Cédras, quien encabezó el golpe. Desde esa época, Haití ha carecido de un ejército propio y, si bien, la Policía Nacional Haitiana (PNH), también muy vinculada con el régimen de los Duvalier, ha experimentado grandes modificaciones en su mando y estructura, la conveniencia o no de volver a tener un ejército forma parte consustancial de los debates en el interior del país. Y mas ahora que ya se retiran de territorio Haitiano los soldados de la MINUSTAH (Misión de Estabilización de la ONU) que, de facto, se encargaban de muchas de las labores que desempeñaría en cualquier régimen político el ejército.
Hasta ahora, la mayor parte de las posiciones contrarias a la recuperación del ejército han tenido que ver con el coste. Los más de 95 millones de dólares que según el anteriorl presidente costaría la puesta en marcha de la iniciativa, serían, sin duda, más eficaces a corto plazo si se usaran en la mejora de la salud, los servicios de agua y saneamiento y las inacabables –en realidad, apenas empezadas– tareas de reconstrucción. Aspecto vital también a tener en cuenta seria que la disposición de cooperación internacional en cuanto a armamento que estaría recibiendo este ejercito, 
Por otra parte, súmele a eso que no hay que olvidar que sectores de las antiguas fuerzas armadas han reivindicado durante estos años sus "derechos" y han organizado en ocasiones revueltas y movilizaciones.
Por otro lado, la eventual reorganización de esta fuerza militar, es vista por muchos como un elemento adicional de rearme y de nuevos riesgos en la región del caribe, aunque parezca descabellado pero la de dicho ejercito eventualmente, desataría que República Dominicana cuenta antes reoriente su estrategia de defensa en su frontera terrestre. En cualquier caso, la pregunta a responder seria estaría, en un riesgo a largo plazo la defensa de nuestra patria. No debemos olvidar que solamente Francia esta en la disposición de suministrarles con carácter de donación dieciocho carros de combate tipo AMX-56 Leclerc, se ven poco en número, pero serián muchos en la acción y en el efecto.
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Máximo Peña De León - Abogado