Muy pocas batallas navales han podido cambiar el
rumbo de la guerra en el mar, pero existe una que se destaca y esta es la “Batalla
de Latakia” la cual sus combates modificaron el equilibrio
del poder en el mundo, introduciendo la Guerra Electrónica, como veremos de
forma detallada más delante.
La Batalla de Latakia, ocurrida el 7 de octubre de
1973, sobre la costa de Siria, durante los primeros momentos de la Guerra
del Yom Kippur, entre Israel y una coalición de países árabes, en
la cual se englobaron las dos situaciones. Primero se destacó por ser la
primera batalla naval en la que se utilizaron misiles buque-buque y medidas de
guerra electrónica, cambiando radicalmente las reglas de enfrentamiento de las
guerras navales futuras.
Al inicio de las discrepancias, la Armada Israelí
inicio un proceso de reducir la capacidad naval de los Sirios, quienes estaban
equipados con tres modernos buques lanzamisiles soviéticos clases Komar y Osa,
en cambio los buques lanzamisiles sirios estaban equipados con misiles de
fabricación soviética P-15 Termit, con dos veces el rango de los misiles
Gabriel Israelíes.
Los seis buques lanzamisiles israelíes emplearon contramedidas
electrónicas y contramedidas
chaff, para evitar ser alcanzados por los misiles sirios hasta que
hubieran alcanzado el rango de sus propios misiles; por ello los israelíes
disparan misiles Gabriel, hundiendo a sus enemigos. La Armada Siria permaneció
en puerto durante el resto de la guerra.
Haciendo un poco más de énfasis en la historia hay
que indicar que el 6 de octubre de 1973, día la fiesta judía de Yom Kippur,
Egipto y Siria lanzaron un ataque sorpresa contra el Estado de Israel. La fecha
había sido escogida con cuidado desde el punto de vista táctico, ya que la
mayoría de la población civil israelí estaba ayunando y se encontraba en las
sinagogas, las defensas laxas y muchos soldados usufructuaban las vacaciones
religiosas. La fecha tiene además una connotación simbólica para el islam, pues
según el calendario musulmán un 6 de octubre Mahoma decidió entablar la Batalla
de Badr, que le dio la primera victoria contra los infieles de la tribu de
Quraish.
La profundidad territorial defensiva conseguida por
Israel gracias a los territorios conquistados en 1967 (el despoblado yermo de
Sinaí contra Egipto, el desierto de Judea sobre Jordania y los Altos del Golán
en el frente de Siria), proporcionaban un espacio tapón de retardo en caso de
ataque, dejando a los árabes la posibilidad del primer movimiento,
con el costo político internacional que debería suponerles una acción
semejante. Sin embargo, la apreciación falló, y los israelíes fueron
sorprendidos y arrastrados a una desesperada defensa.
Los cazas sirios invadieron el espacio aéreo
israelí en la zona de los Altos del Golán, atacando las fuerzas blindadas y el
cuartel general del ejército hebreo en el lugar. A continuación la artillería siria barrió el área,
iniciando la penetración con fuerzas acorazadas por todo el frente abierto,
mientras los israelíes trataban de organizarse para defender la zona.
Simultáneamente, el ejército egipcio cruzó el canal de Suez superando la primera línea de defensa judía.
En cuanto al combate hay que resaltar que en vísperas
de la Guerra de Yom Kippur, pese a su menor tamaño en número de buques y
potencial humano, la Armada Israelí era la fuerza más y mejor alistada para la
guerra del mar en Medio Oriente. Los
buques de combate contaban con tecnología de segundo nivel (apenas inferior al
nivel OTAN), sus tripulaciones estaban alertas, con un alto nivel de capacitación
técnica para el empleo de los sistemas de armas, y con el grado de
motivación correspondiente a quien combate por la defensa de su tierra.
Desde el primer día de hostilidades de la Guerra de
Yom Kippur, la Marina Israelí zarpó dividida en Grupos de Tarea
para atacar en el origen las fuerzas navales enemigas. Ante un reporte de
inteligencia que informaba la posibilidad de un ataque naval sirio al Puerto
de Haifa, un grupo de tarea fue enviado a patrullar sobre la costa
de Siria, con la misión de atraer los buques enemigos al mar y atacarlos, u
obligarlos a permanecer a muros.
Este grupo de tarea, al comando del Capitán
de Navío Michel Barkai, estaba integrado por seis lanchas patrulleras clase
Sa’ar. Estas eran un diseño israelí derivado de la clase
Combattante Francesa, de 450 toneladas de desplazamiento, 58 metros de eslora,
7,60 de manga, 2,4 de calado, propulsión diesel sobre cuatro hélices, armadas
con seis
misiles antibuque Gabriel, un cañón 76mm y un sistema CIWS de 20mm.
Los misiles SSM Gabriel eran subsónicos,
con un alcance de 11 millas náuticas y guiado semiactivo. De diseño autóctono y
reciente, nunca se habían utilizado contra blancos reales, por lo tanto, no se
conocía su eficacia. Por otra parte, tenían aproximadamente la mitad del
alcance del SS-N-2 Styx de fabricación soviética (20 millas) que armaba los
buques de Egipto y Siria. La defensa
israelí contra el Styx estaba vertebrada alrededor de medidas de apoyo
electrónico (MAE) y cohetes chaff, que hasta ese momento
nunca habían sido utilizadas, por lo que se desconocía su eficiencia en
combate.
La fuerza naval israelí se desplazó al teatro de
operaciones formando dos columnas paralelas de tres buques,
en dirección al puerto sirio de Latakia. En ese momento, los radares
detectaron un contacto de superficie al norte de la posición donde se
encontraban. Sin disponer del cuadro táctico totalmente compilado, Barkai
ordenó al “Hanit”, guía de la columna de babor, destacarse y abrir fuego con
76mm, ataque que fue respondido con disparos de 40mm, que se perdieron en el
mar por no estar en alcance. Esto
confirmó que se había hecho contacto con el enemigo.
El “Hanit” hundió al
enemigo fácilmente, manteniéndose sobre el límite del alcance de su pieza de
76mm pero sin entrar en el del 40mm de
su enemigo, demostrando una excelente capacidad de maniobra y una preparación
artillera superior.
Sin saber si el buque patrulla sirio había
denunciado la posición del grupo de tarea, Barkai ordenó cerrar distancia sobre
el puerto de Latakia. En esas circunstancias
los israelíes tuvieron un nuevo contacto de radar, ubicado 12 millas al Noreste
de la formación. El “Reshef-2”, de la columna de estribor, fue destacado a
interceptarlo. Sobre el límite del
alcance le disparó un SSM Gabriel, que cayó al agua antes de llegar a
destino.
A 9 millas de distancia disparó un segundo
misil, que esta vez dio en el blanco, hundiendo un viejo barreminas sirio de
560 toneladas, siendo el primer buque destruido por un misil Gabriel.
Los israelíes sabían que el verdadero desafío eran
los misiles Styx y desde un primer momento asumieron que los buques hundidos
habían sido destacados como señuelos, para atraerlos hacia un punto determinado
donde a su vez serían atacados por los sirios.
Sin embargo, el Capitán Barkai rearmó la formación y continuó su
aproximación a Latakia. En proximidades del puerto sirio de Latakia los radares
israelíes detectaron tres contactos cerca de la costa. Resultaron ser tres
patrulleros sirios, uno de la clase Osa-III y dos clase Komar-II.
El “Osa” (en ruso: Avispa) era un diseño soviético
de 1960. Con un desplazamiento de 210 toneladas, 38 metros de eslora, 7,6 de
manga y 2,8 de calado, se propulsaron con wáter jets que le permitían una
velocidad máxima de 38 nudos. Estaban armadas con cuatro misiles antibuque P-15
Termit (nombre OTAN SS-N2 Styx), un cañón de 40mm y dos de 20mm.
A una distancia de 17 millas, los buques sirios
abrieron fuego, disparando tres misiles Styx. Detectados en los radares
israelíes los vectores de ataque, la respuesta inmediata fue el lanzamiento de
cohetes chaff y la emisión de interferencia electrónica (jamming) para
confundir los radares enemigos. La tecnología y los procedimientos
citados fueron desarrollos autóctonos de Israel, y a pesar de que era la
primera vez que se utilizaban en combate, en seguida demostraron su validez.
Los misiles fueron desviados con éxito, perdiéndose en el mar. Los buques
israelíes continuaron acercándose, confiados en la táctica innovadora que
utilizaba una forma furtiva de acercamiento (llevando al oponente a lanzar su
armamento al alcance máximo) combinada con el uso de chaff y jamming. A 14
millas los sirios dispararon una segunda andanada de 3 misiles, con el mismo
resultado.
Al llegar a las 11 millas de distancia tan solo uno
de los buques sirios, el Osa, todavía contaba con misiles. Los israelíes
cerraron distancias a velocidad máxima, lanzaron una salva devastadora de
misiles Gabriel y efectuaron jamming contra los dos últimos misiles Styx,
logrando de nuevo el éxito con la táctica empleada .
Los 150 kg
de la cabeza de combate de los SSM Gabriel fueron más que suficientes para
garantizar la destrucción de los buques patrulla sirios que se hundieron
rápidamente, la Osa y las dos Komar. En
pocos minutos, la batalla había concluido, con la rotunda victoria de la Marina de Israel.
El combate acabó con un total de cinco
unidades de superficie sirias hundidas. Las pérdidas israelíes en
este episodio fueron nulas. Se había llegado a un punto decisivo en la Guerra
Naval. Después del combate de Latakia, la Armada Siria permaneció presa en
sus propias bases, sin atreverse a salir a la mar durante el resto de la
guerra.
Entre las conclusiones sobre este acontecimiento
podemos citar que la Batalla de Latakia entre los Sirios y los Israelíes, que
se produjo el segundo día de la Guerra de Yom Kippur, fue una rotunda victoria
israelí, que demostró además la eficacia de los barcos militares equipados con
equipos de autodefensa ECM. La marina israelí logró su superioridad
naval en el Mediterráneo con una segunda victoria el 9 de octubre en Damieta
sobre la marina egipcia.
Después, tanto la marina siria como su homóloga
egipcia prepararon diversos ataques y operaciones comando (realizadas por
nadadores de combate) contra las bases navales de Israel, que no pasaron de
operaciones pequeñas de desgaste, sin resultados definitorios. Al terminar el conflicto, el balance fue muy
positivo para Israel, que había hundido o gravemente dañado 15 embarcaciones
enemigas, mientras que tan solo ha perdido 2 patrulleras ligeras en el Mar
Rojo, frente a los egipcios.
Las innovaciones introducidas por el uso
del chaff y la interferencia de radar (jamming) forjaron los procedimientos
evasivos básicos empleados hasta hoy. De hecho, en la guerra por
Malvinas (última confrontación naval clásica) las Armadas de ambos países
utilizaron la misma táctica que la marina Israelí dio a conocer en
Latakia.
El misil Gabriel actuó con
perfección, detectando blancos de pequeño tamaño y, a pesar de su alcance
limitado, ganó buena fama en los anales de la Guerra Naval. Actualmente también
lo usan varias Marinas de Guerra (Chile, Ecuador, Kenia, Taiwán, Singapur,
África del Sur y Tailandia, entre otras).
El desarrollo tecnológico alcanzado por los
israelíes en la construcción del equipo de MAE, así como las informaciones de
inteligencia sobre el misil Styx, que poco antes había hundido al destructor
Eilat, demuestran la importancia de
la guerra electrónica, que aprobada con
éxito en el mar, contribuyó a imponer una derrota de carácter táctica y
moral a su enemigo.
Entretanto, para el 20 de octubre los presidentes
de URSS y EEUU, Leonid Breznhev y Richard Nixon, intervinieron para poner fin a
la guerra, y a través de los respectivos Ministros de Exteriores, Andreyi
Gromiko y Henry Kissinger respectivamente, lograron que el 21 el consejo de
Seguridad de Naciones Unidas promulgara la Resolución 338 llamando a ambas
partes a poner fin a las hostilidades.
El 24 de octubre de 1973 fue firmado un acuerdo de cese del fuego entre
Israel y Egipto. Siria se negó a
firmarlo.
Hoy es impensable hablar de una marina de guerra
sin misiles, y aquellas que no los poseen no pasan del nivel de un servicio
de guardacostas con estructura militar.
Máximo
Peña De León,
Abogado
- Experto en Comercio Exterior
Master
en Negocio y Derecho Marítimo
UPCO/IME
(Promoción #23)
@MaximoPenaLeon
@PenaYunesLegal